113 años de amor: La crónica por el cumpleaños de San Martín de Tucumán
El elenco de Ciudadela se encuentra de festejo por un nuevo aniversario de su natalicio.
Escribía líneas y borraba. Surgía otra idea y no me terminaba de convencer. Pensaba en qué se puede hablar cuando debes referirte al cumpleaños de un club y más si se trata de San Martín de Tucumán. Qué idea “novedosa” podía imaginar en cuánto al sentido de una crónica y decidí pedir ayuda a esa voz siempre fiel: El hincha. Sobre algunas de sus historias se basa este relato para el “Ciruja”, ese loco hermoso que siempre está.
El traspaso de la pasión: Una cuestión de familia
Belén Chaile es alguien que respira San Martín en cada segundo de su vida. Néstor Chaile, su papá o “Rody”, como le gustaba decirle, la llevó a Ciudadela por primera vez en 2006, justamente un día del padre. Ella lo recuerda como si hubiera sido ayer con mucha emoción. “Mi viejo nos dijo que para ese día su mejor regalo sería ir con sus 3 hijos a la cancha”, comentó. Su recuerdo de la primera vez en Ciudadela es de ella mirando fijamente a la hinchada y quedando enamorada de los colores.
Néstor, se fue hace poco tiempo y ella lo tiene presente a través de la mejor herencia: San Martín.” La canción que dice "cómo olvidarme de aquel día" se la canté siempre a él, en agradecimiento por haberme hecho conocer el amor de mi vida. Actualmente la canto en su honor y lloro cada vez que la hinchada la comienza a entonar. Antes de irse, nos dijo repetidas veces que lo único que tenía para dejarnos de herencia era el amor por éstos colores”.
La mezcla de un trabajo con el amor
“Nicca” como ella se hace llamar convive con el hecho de estudiar comunicación y amar el deporte de la misma manera que a San Martín. Su primer recuerdo asociado a algo rojo y blanco es a los nueve años cuando ella, por motus propio, se encerraba en su habitación para ver partidos del “santo”. “Mentía que me iba a hacer los deberes y hacía eso”, aseguró con una risa cómplice.
“San Martín es el reflejo de su hinchada. Es algo inexplicable lo que genera ser hincha de San Martín y esto es un amor incondicional”, expresó sobre lo que siente al tener que hablar del club que ama.
La Ciudadela es su oficina de trabajo y se siente como si estuviera en el patio de casa. “No se puede poner en palabras lo que es ser hincha de San Martín. A algunos hasta les parece tonto ese amor desmedido”.
La fidelidad a los colores: Un tema de estado
Dicen que los amores pueden nacer con solo una mirada o un flechazo instantáneo. Bueno, en esta historia se puede hablar de ¿poliamor? Porque Ivanna y Mariano decidieron unir sus vidas este viernes, pero el caballero no podía dejar de lado lo que le dictaba su corazón y le pidió a su amada irse a Ciudadela para dejar sellada su historia en “la catedral” del hincha ciruja. “No soy de San Martín, pero Mariano es fanático. Quería sacarse la foto en la esquina y yo no quería. Pero si a él le hacía feliz yo iba a permitir eso”, comentó Ivanna luego de que su foto junto a su marido se hiciera viral por todas partes.
Ella de vestido blanco, él con su traje impoluto. El amor de Mariano por el rojo y blanco hizo que termine apareciendo en las redes por ir a sacar la entrada para ver a su equipo con apenas horas de haberse casado. La fidelidad existe y la historia de esta pareja deja eso muy bien reflejado.
La locura de llevar tu pasión hasta en el nombre
¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo de una persona por su club de fútbol? ¿Los colores trascienden todo tipo de fronteras o hay algún límite a la hora de la pasión? Esas preguntas se le pueden hacer al protagonista indirecto de esta historia con la "locura" que decidió realizar por el nacimiento de su hija a la cual vinculó con el amor que siente por San Martín.
Néstor Salazar, más conocido como "Antuco", es el papá que trajo una nueva vida al mundo y decidió darle el particular nombre de Ciudadela. Sí, como el barrio que cobijó a San Martín de Tucumán. "En el Registro Civil se me reían todos por esto, pero yo quería que ella tenga ese nombre", aseguró el orgulloso papá.
Ciudadela es una de los cinco hijos que compone su familia. La pequeña no tuvo segundo nombre porque su papá quería que la llamen así para recordar su amor por San Martín. Pero, por si fuera poco, no es el único antecedente. Uno de los varones llamado Santo Martín (sí, así como leen) no pudo llevar los nombres del club de Bolívar y Pellegrini porque no se lo permitieron. "Me quería morir cuando me dijeron que no, así que no me quedó otra que buscarle la vuelta al nombre", comentó con gran tristeza.
Y sí, porque dicen que el hincha que está loco también puede dejar expresado ese amor incondicional hasta en el nombre de los hijos. Situaciones que gente “racional” no podría llegar a entender.
Para los pibes que te alientan siempre desde el cielo
Nahuel “Dibu” Pérez tuvo que partir por cosas del destino yendo a ver a su San Martín querido. En aquel entonces, el equipo dirigido Diego Cagna le ganaba a Libertad de Sunchales y el adolescente emprendía viaje hacia Tucumán con la felicidad del triunfo.
La ruta (esa que tanto temor causa en los padres) decidió que él, Gastón Cajal, Fernando Andrada y Juan Carlos Grollimund perdieran la vida en Santiago del Estero. El club realizó un sentido homenaje para ellos en el encuentro de vuelta en La Ciudadela.
Tras esto, se viralizó en las redes una imagen del papá de Nahuel sentado en el cementerio mirando su tumba mientras su San Martín querido está jugando. Allí, sentado con una radio en la mano y un gorrito del equipo, este padre decidió seguir ese amor junto a Nahuel. “Para los pibes que te alientan siempre desde el cielo” reza un extracto de una canción del “santo”. Su padre decidió honrar su legado y dejar en claro que no son solo 22 boludos corriendo una pelota. El amor por tu club puede trascender muchos límites.
Yo te sigo a vos a todas partes
Facundo Cappetta es un hincha muy particular dentro del “santo”. Su amor y fidelidad queda reflejado en los sacrificios que realiza para seguir al equipo de local y visitante. Él tiene millones de kilómetros recorridos a causa de la pasión que siente y quiso dejar la anécdota que más lo marcó (al menos desde su recuerdo) siguiendo a su San Martín.
El elenco de Diego Cagna se jugaba el hecho de poder volver a la Primera Nacional. ¿El escollo? Unión Aconquija de Catamarca. Hubo mucha polémica sobre la presencia de los hinchas del elenco tucumano.
Facundo no quiso quedarse afuera de este partido tan importante pero el problema estuvo en que no pudo ingresar a presenciar la primera parte del encuentro. “Un vecino de una casa cercana a la cancha me cobró 100 pesos para poder pasar y mirar el partido desde ahí. Le tuve que pagar 50 más para subirme a un árbol que tenía y daba directo con la cancha”, comentó. Sí, lo que se dice una especie de “platea vip”. El segundo tiempo lo tuvo ya desde el estadio y cumpliendo uno de los mejores sueños que tiene el hincha: Llegó el ascenso más esperado en una celebración que tuvo un puñado de privilegiados en un hotel en Las Estancias.
San Martín cumple 113 años y como estas historias habrá muchas más en los pasillos de La Ciudadela. El 2022 fue esquivo desde el plano deportivo para el elenco tucumano y deberá seguir luchando el año que viene para cumplir el sueño de volver a jugar en Primera. Hoy, sin dudas, lo que mantiene en alto a una institución tan importante es ese amor, locura, sentimiento, enfermedad (ponga el nombre que más le guste).
“Estos están todos locos” fue la frase que alguna vez utilizó Walter Busse tras un ascenso para graficar la manera en que vive el hincha su pasión por San Martín. Así que mientras lees esta nota, infla el pecho, mira ese escudo (con una estrella que te da orgullo) dale un beso enorme y sentí la felicidad de ser un pilar fundamental de la rica historia de tu club.
Será hasta el 2023 cuando en los cuatro costados comience a sonar “Santo, mi buen amigo, está campaña volveremo´ a estar contigo” y vos dejes hasta el último hilo de tu garganta para acompañar ese grito desaforado de amor.
Maximiliano Barraza