La Justicia de EE.UU. habilitó embargos por USD 210 millones contra la Argentina
El fallo responde a un reclamo de holdouts por deuda en default desde 2001. Otros USD 100 millones quedaron congelados hasta que se resuelva la disputa entre acreedores.
La jueza federal de Nueva York, Loretta Preska, habilitó el embargo de USD 210 millones contra Argentina en el marco del juicio por la deuda soberana impaga tras la crisis de 2001. Además, ordenó congelar otros USD 100 millones, hasta que los fondos Attestor Master y Bainbridge Fund concluyan su litigio sobre esos activos.
La medida llega tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, que el pasado 27 de enero rechazó la apelación presentada por el Gobierno argentino para frenar la ejecución de embargos sobre activos nacionales. Con este fallo, los acreedores podrán acceder a fondos depositados en cuentas de la Reserva Federal de Nueva York, Alemania y Suiza.
Según explicó Sebastián Maril, analista de Latam Advisors, la orden judicial permite que los fondos sean tomados de los bonos del Tesoro de EE.UU. que fueron utilizados como garantía de los Bonos Brady, emitidos por Argentina en los años ‘90 para reestructurar su deuda. Estos bonos vencieron en marzo de 2023, dejando los activos colaterales disponibles para embargos.
El caso se originó con la demanda de los holdouts, quienes no aceptaron los canjes de deuda de 2005, 2010 y 2016, rechazando las condiciones propuestas por el Estado argentino. En primera instancia, Preska falló a favor de los acreedores, condenando al país a pagar USD 477 millones, una sentencia que luego fue ratificada por la Cámara de Apelaciones de Nueva York.
Tras la negativa de la Corte Suprema a revisar el caso, Preska finalmente ordenó la ejecución de los embargos, lo que representa un nuevo revés para el Estado argentino en el frente judicial internacional. Esta medida se suma a la reciente ejecución de la garantía por USD 325 millones, en el caso del Cupón PBI Londres, otro litigio en el que el país perdió activos.
El "Plan Brady" fue una estrategia impulsada en la década de 1990 por el entonces secretario del Tesoro de EE.UU., Nicholas Brady, para reestructurar la deuda de varios países latinoamericanos. En ese marco, Argentina emitió bonos respaldados por títulos del Tesoro estadounidense, que ahora quedaron sujetos a embargos.
Los fondos afectados por la decisión de Preska incluyen a Attestor Master Value, Trinity Investments, White Hawthorne, Bison Bee LLC y Bybrook Capital Master, entre otros, quienes adquirieron deuda argentina en default y mantuvieron sus reclamos en los tribunales estadounidenses. Ahora, con el fallo a su favor, podrán tomar posesión de los activos embargados.